En los países industrializados, casi la totalidad de los bebés nacidos de madres infectadas con el VIH no se ven afectados por esa enfermedad, según se ha informado en La III Jornada de Enfermería Pediatra de Gipuzkoa (España).
Ello es debido a los últimos avances de los tratamiento antirretrovirales desde el embarazo hasta el nacimiento del bebé, aunque evidentemente estamos hablando de lugares en los que dichos tratamientos son factibles, porque los datos en los países subdesarrollados no tienen nada que ver con éstos.
Pero cuando sí es posible administrar los tratamientos, la mayoría de bebés nacen sanos a pesar de que sus madres tengan el VIH. En el momento en que la mujer seropositiva se queda embarazada, se establece un tratamiento especial a partir de las 16 semanas que se aplica, además, durante el parto y a lo largo de los 45 primeros días de vida del recién nacido.
Aunque a veces el bebé nazca con anticuerpos de la madre que tienen el VIH, con el tiempo y los retrovirales los va perdiendo. A partir de los 18 meses ya se conoce si el niño está afectado por la enfermedad o no. Todos estos datos son, por supuesto, cuando la enfermedad, el sida, aún no se ha desarrollado.
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