Los discursos son los mismos, las promesas son las mismas, los gobiernos son los mimos, las acciones son las mismas (es decir, ninguna) y la ola de violencia sigue aumentando en México.
Es increíble que ni las policías estatales, municipales, el ejercito y los grupos de elite (?¿) puedan contra la delincuencia organizada, en un País que se jactaba de ser seguro, pacifista y en crecimiento.
Esto solo nos da a pensar que el narcotráfico, los asesinos, los ladrones y en general la delincuencia son el mismo gobierno, ya que no es posible que hacen miles de intentos cada año para desmembrar bandas, capturar “cabecillas”, operativos y quién sabe que otras acciones, y no bajan los índices delictivos, al contrario, estos aumentan día con día.
Años atrás se quejaba el gobierno Mexicano porque varios Países recomendaban a su gente no visitar México debido a la inseguridad que había en ese entonces, y ahora nos están dando la razón del por qué lo hacían.
Si esta situación no se arregla pronto, simplemente el turismo se va a ir para abajo, la economía se derrumbará debido a que las empresas no querrán invertir en un País en donde gobierna la ineficiencia, la corrupción, la impunidad y la delincuencia, al fin hay otras opciones como la India, China, Brasil etc.
Quiero mucho a México pero por el momento no puedo defenderlo, ya que los hechos simplemente me dejan sin palabras, su gente, el pueblo es lo más valioso que tenemos y nos tienen secuestrados, amarrados y amenazados, ya que si de casualidad nos atrevemos a denunciar, amaneceremos sin cabeza al día siguiente (literalmente).
Algo que quisiera es que los medios de comunicación fuera el arma del pueblo, que fuera quién nos ayude a denunciar los hechos y no solo ver quién tiene la mejor nota roja para ganar audiencia, aunque los pocos que se atreven a hacerlo corren un gran peligro como por ejemplo el director del Periódico La Noticia de Michoacán, Miguel Ángel Villagómez (qepd), al cual secuestraron y asesinaron por motivos desconocidos.
Qué lástima hasta cuándo nos seguiremos dejando.
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