Nabaztag, un simpático conejo que utiliza WiFi para recibir noticias en tiempo real, información meteorológica, mensajes de correo electrónico, canciones o sencillamente, mover las orejas, en su lanzamiento se vendieron 5.000 unidades.
Nabaztag es hoy un juguete de culto para amantes de la tecnología, se han creado para él cientos de aplicaciones que aprovechan sus capacidades para aportar información sin la atención constante de su propietario. Pero también es un símbolo de "la internet de las cosas", una visión de la red como una suma de millones de objetos conectados.
Si en los 90 se conectaron millones de ordenadores y en los primeros años del siglo XXI le tocó a los teléfonos móviles, la década que viene será el momento de conectar "9 millones de millones de zapatos o 18 de camisetas", argumenta Haladjian. Y muy serio, añade: "si se pueden conectar conejos, ya se puede conectar cualquier cosa".



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